Balnearios

FUENTE Y BALNEARIO DE DON ROQUE

 

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Ubicación: fuente situada medio kilómetro al norte de Villanueva de la Tercia, a la derecha de la carretera N-630 (unos metros antes de la entrada al túnel).

 

El antiguo balneario privado erigido para la explotación de la terma (se accede por un escondido desvío), se identifica fácilmente porque a pesar de estar abandonado, aún perdura.


La casa de baños en «la fuente de Don Roque» (anteriormente conocida como «la fuente de Ana María») se abrió en el año 1848. Durante la segunda mitad del siglo XIX y la primera del XX, la balneoterapia atravesó un momento de auge importante, que supuso la construcción

de numerosos balnearios en torno a las fuentes termales. Fue un período en el que la fama de las aguas termales rebasa los límites de lo estrictamente terapéutico y derivaba hacia matices, donde la toma de aguas era el más inofensivo de los ejercicios de salud y el balneario se convirtió en el lugar exótico donde la burguesía podía matar su ocio y el pueblo llano recuperar sus fuerzas con un merecidísimo reposo.

En la provincia de León, los baños de las caldas de Nocedo de Curueño, San Adrián, Valdecastillo y Llánaves de la Reina, entre otros, también proceden de este momento de bonanza. En cuanto al balneario de Don Roque, se cuenta que fue creado por el médico de la zona, al ver que su caballo se curaba de un asma persistente tras beber varias veces el agua de la calda. La leyenda cambia de matices de unas bocas a otras, pues en otra versión el animal sufre reuma y no una afección respiratoria. Pero sí existe un hecho constatable: el cirujano de la comarca era Roque Acebedo.

La fuente de Don Roque es un manantial de agua termal que surge de las calizas de la Formación Valdeteja. Aunque no existe ningún estudio específico sobre la procedencia de esta agua, la hipótesis más probable es que se trate de un acuífero fisural de un sistema kárstico: el agua de las precipitaciones se infiltra a través de la roca caliza, recorre el karst y mana en un punto donde está comunicado con el exterior.

Como es lógico, la estrecha relación que mantiene el agua de este manantial con la roca caliza se refleja en su composición química, ya que presenta un elevado contenido de elementos que influyen en los parámetros de alcalinidad, pH y conductividad. Por otra parte, el agua mana a 31ºC. Todo esto, justifica su clasificación como termal. En la actualidad, el interés por la balneoterapia está experimentando un aumento considerable. Por todo ello, es preciso tener en cuenta que las aguas minerales y termales pueden constituir un recurso económico para las comarcas, ya que por su carácter renovable permite que una utilización razonable no suponga la degradación o agotamiento del recurso. El aprovechamiento de las fuentes medicinales permitiría transformar este recurso natural en un bien económico para la zona. Además, se trata de elementos con una fórmula de explotación sencilla, que ha sido probada en numerosos lugares con resultados de éxito en su mayoría.