Academia General de Suboficiales del Aire

 

 

http://www.ejercitodelaire.mde.es/ea/pag?idDoc=2E8BE13F55BC8344C12570DD00429AEF&idRef=4B8031F8CF0C2676C12574590026463A

Fecha de creación: 1920

 

La Academia Básica del Aire se ubica en el Aeródromo Militar de León, que fue creado por Real Decreto publicado en la Gaceta de Madrid el 18 de Marzo de 1920, donde se disponía la creación de cuatro Bases Aéreas: Madrid (Getafe), Zaragoza, Sevilla (Tablada) y León. Un año después comenzaron las obras, que quedaron terminadas a finales de 1923. En octubre de ese mismo año se incorporaron 30 aparatos de la Escuadra núm. 3.

El 27 de abril de 1929 tuvieron lugar los actos de bendición e inauguración de las instalaciones. En 1931 se trasladó la Escuadra núm. 3 a Barcelona, constituyéndose en esta Base Aérea el Grupo de reconocimiento número 21, compuesto por tres Escuadrillas. El Grupo quedó integrado en la Escuadra núm. 1 de Getafe. Durante la Guerra Civil, la Base Aérea de León adquirió una gran relevancia al ser centro de operaciones de la Aviación en el Frente Norte, así como por la ubicación de la Legión Cóndor Alemana.

En septiembre de 1939 se creó la Academia de Aviación. Durante los diez años de estancia en León, antes de trasladarse a San Javier (Murcia) con el nombre de Academia General del Aire, se graduaron 499 Tenientes profesionales componentes de las cuatro primeras promociones. Otra hito importante de este Aeródromo fue la creación de la Maestranza Aérea, que llegó a contar con 1.800 trabajadores y permaneció en esta Unidad hasta 1955, fecha en la que se trasladóa a la Base Aérea de Cuatro Vientos, para integrarse en la allí existente. El 15 de septiembre de 1950, procedente de Málaga comienza su andadura en León la Escuela de Especialistas del Aire. Aún cuando en un principio comenzaban los cursos todas las especialidades, poco tiempo después se crearon la Escuela de Transmisiones y la de Cartografía y Fotografía, ambas en Madrid. En León se impartirían a partir de entonces los cursos de Mecánico de Mantenimiento de Avión y Armero Artificiero. En los 42 años de andadura desde la ubicación en León de esta Escuela formó a más de 18.000 especialistas en las ramas de Mecánico de Mantenimiento de Avión y Armeros Artificieros.

La Escuela de Especialistas del Aire cedió el testigo a la Academia Básica del Aire en 1992, en que fue creada por Real Decreto 331/92 de 3 de abril. Hoy, como ayer, la Aviación Militar Española primero, y el Ejército del Aire después, han desarrollado y mantenido unas estrechas y entrañables relaciones con esta tierra leonesa y sus gentes. Con orgullo, las diferentes Unidades que a lo largo de la historia se ubicaron en este Aeródromo se han visto honradas con el aprecio y hospitalidad de los leoneses. En representación de este pueblo sus principales Instituciones han hecho entrega de las sucesivas Banderas. La Academia de León ha sido también distinguida con las más altas condecoraciones: Medalla de Oro de la Provincia (1992) y Medalla de Oro de la Ciudad de León (2000). Desde ese mismo año 2000 el Excmo. Ayuntamiento de León distingue a las Damas y Caballeros Alumnos de la Academia Básica del Aire con el título de Hijos Adoptivos de la Ciudad de León.

En el año 2002, con motivo del X aniversario de creación de la Academia Básica del Aire, se inauguró en la ciudad de León la Calle y Plaza «Ejército del Aire», cediendo la Academia un avión T.6 que está expuesto en otra céntrica plaza de León. En noviembre de ese mismo año, Su Majestad el Rey visitó oficialmente esta Unidad.

Lema: Con el lema «PASO HONROSO» grabado en nuestro emblema se quiere realzar el paso de nuestros alumnos por este Centro. El lema se toma de una gesta de caballerías protagonizada en 1434 por don Suero de Quiñones. Este caballero solicitó permiso al Rey para hacer un Paso Honroso, consistente en retar a todo caballero que cruzase el puente sobre el río Órbigo, en la villa de Hospital de Órbigo, a que reconociera su honor de caballero o se midiera con él en combate. Según los cronistas se rompieron más de doscientas lanzas en combate. Este lema encierra las reglas y virtudes militares (caballerosidad, gallardía, generosidad, lealtad, espíritu de sacrificio, nobleza) que se desean transmitir al Alumno durante su paso por esta Academia.

 

http://www.elmundo.es/elmundo/2010/09/12/castillayleon/1284304682.html

Lunes 13/09/2010.

El general Demaría ofrece a León el mayor archivo de fotos de la Guerra

Fernández Demaría, en 1982, el día de su primer vuelo en un Mirage F-1.Fernández Demaría, en 1982, el día de su primer vuelo en un Mirage F-1. 

  • Regresa para cumplir una promesa la Virgen de los Imposibles

Sin uniforme, el piloto de combate José Antonio Fernández Demaría (Madrid, 1953) no parece un general de la OTAN colmado de medallas y de las más altas condecoraciones militares. Pero este hombre de mediana estatura y ojos claros tiene uno de los currículums más impresionantes del Ejército del Aire y se ha labrado una trayectoria de auténtico héroe al servicio de las Fuerzas Armadas Españolas y, lo que es más importante, al servicio de la paz en el mundo.

Este viernes regresó a León, la tierra donde pasó cuatro años de su vida como director de la Academia Básica de Suboficiales de La Virgen del Camino (2002-2005), para cumplir una promesa: imponer su fajín de General a la Virgen de los Imposibles de Villacedré. Cuando le faltan pocos meses para pasar a la reserva, cumplir con esta promesa es, sobre todo, una forma de agradecer «el haber llegado hasta aquí» después de una trayectoria impecable, marcada por los retos y los logros personales y militares.

Cuenta que en su familia hay tradición de grandes marinos (su bisabuelo y su tío), así como otro bisabuelo y un abuelo pioneros del fotoperiodismo español. Pero él eligió ser aviador, como su padre. «Desde pequeño me fascinó la aviación, y por eso ingresé en 1971 en el Ejército del Aire, como voluntario».

En los casi 40 años que han transcurrido desde entonces, Demaría ha ido sumando retos y condecoraciones. Suma también 3.500 horas de vuelo (que para un piloto de reactores son muchas) y 17 destinos por España, Europa y Estados Unidos. Algunas de sus misiones no han estado exentas de peligro, y al principio de su carrera ya recibió su primera Medalla de Sufrimientos por la Patria, tras sufrir un grave accidente en vuelo y ser capaz de conducir el avión a la base y salvar al alumno que volaba con él.

En la década de los 90 estuvo dos veces en la Guerra de los Balcanes, una de ellas con los ‘cascos azules’, y también ha conocido de cerca lo que está sucediendo ahora en Afganistán. Por eso sabe que la guerra es lo peor que le puede pasar a una población, a un país, y que los ejércitos deben servir para evitar conflictos, y no para generarlos.

«Yo me considero un aviador, una persona que cree en la capacidad enorme que tiene la aviación militar de influir decisivamente en los conflictos bélicos, bien para evitarlos o bien para conseguir que acaben. Creo que el dominio del espacio, del aire, y ahora también del ciberespacio, es absolutamente fundamental. Y yo soy alguien que trabaja por el progreso de la aviación en todas las áreas, en el área de la doctrina, de la técnica, del progreso tecnológico… No podemos operar en misiones de paz, muy alejadas de España, sin poder aéreo», explica con pasión.

Sobre su oficio apunta que «el piloto de combate tiene que ser una persona agresiva, arriesgada, con capacidad de anticipación, un valiente, qué duda cabe, ágil de mente… y voluntario, te tiene que gustar. Requiere un esfuerzo físico, una forma física… pero te tiene que gustar enfrentarte a lo que te tengas que enfrentar, porque vuelas solo».

Pero, a lo largo de su trayectoria, el general Demaría ha demostrado tener un cerebro privilegiado, aunque él diga, con sencillez, que «todo se basa en el estudio». «Un piloto no sólo tiene que saber volar, tiene que saber también por qué su avión vuela».

Y es que, además de piloto, el general Demaría domina perfectamente el inglés y el francés, ha sido profesor de Vuelo y Aerodinámica, ha estado destinado en el 406 Escuadrón de Experimentación, fue el primer piloto español que voló desde St. Louis (Estados Unidos) a la Base Aérea de Zaragoza a bordo de uno de los cuatro primeros F-18 adquiridos en 1985 por el Ejército del Aire. En 198 le nombraron jefe de la Oficina de Coordinación del Software Operativo del F-18, con base en Lake (California). Más tarde, su trabajo permitió al Ejército del Aire obtener la base documental y técnica necesaria para generar su propio software de control de los equipos de guerra electrónica…

De su paso por el conflicto de Los Balcanes y Afganistán, Demaría guarda anécdotas humanas, «todas muy tristes». «Una guerra es una tragedia siempre, para todos. Ves cómo la población sufre las consecuencias de un conflicto, cuando realmente no es culpable de nada. Es una experiencia que te cambia la vida. Y te hace pensar en la capacidad de las fuerzas armadas de resolver esos conflictos pronto. Hay que emplear la fuerza, claro. Y hay que estar preparado, lo que no es fácil. Cuando fuimos a Los Balcanes no nos habían enseñado a tratar con la población civil, hasta entonces se nos entrenaba para combatir y poco más. Pero a partir de entonces nos dimos cuenta de que había que enseñar a los militares Derecho Internacional, Derecho Humanitario… porque había que sentarse en una mesa con un alcalde, y negociar, y ver lo que necesitaban… Quizá eso fue la mayor consecuencia, empezar a ver que la guerra hay que hacerla de otra forma, y la prueba es Afganistán».

Durante los últimos tres años ha estado al frente de la División de Planes Estratégicos y Política de la OTAN, en Norfolk (Estados Unidos). Y hace sólo una semana se incorporó al que quizá sea su último destino, esta vez en España, en el Mando del Apoyo Logístico del Ejército del Aire, ya que el general Demaría pasará a la reserva dentro de unos meses, en 2011. De su paso por la OTAN le queda «un enorme respeto» por la Alianza: «creo que es la mejor organización y la mejor alianza que existe en estos momentos para la paz y el beneficio del mundo occidental».