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Consejo Superior de la Casa de León en Madrid

 

 

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Con un número especial de la Revista ‘Legio’

Los leoneses de Madrid rinden tributo al abad emérito Antonio Viñayo

«Hubo una simbiosis total entre la persona y la Colegiaa de San Isidoro de León»

Redacción, 06 de junio de 2011 a las 17:38
Félix Pacho Reyero, Cándido Alonso y Guillermo Suárez, en la presentación

Félix Pacho Reyero, Cándido Alonso y Guillermo Suárez, en la presentación
La publicación ha sido editada por el Instituto de Estudios Leoneses

La Casa de León en Madrid rindió ayer un cálido homenaje a Antonio Viñayo en la presentación del número 9 de la Colección Legio , en la que varios autores y personalidades de la vida leonesa ofrecen su reconocimiento al buen hacer del que fuera hasta 2003 abad-prior de la Colegiata de San Isidoro de León. La publicación ha sido editada por el Instituto de Estudios Leoneses, ente que forma parte del Consejo Superior de la Casa de León, y a cuyo frente se encuentra Cándido Alonso, impulsor y coordinador de esta colección por la que, en su conjunto y en diferentes temas a tratar de manera monográfica, han pasado más de cien ilustres firmas de la cultura leonesa. Lo cuenta Pacho Rodríguez en Diario de León.

Por ello, este trabajo contó para su presentación en la capital con la presencia de Félix Pacho Reyero, histórico del periodismo leonés, y con Guillermo Suárez, catedrático doctor en Veterinaria, y profesor emérito universitario, dos de los autores del presente número. Rafael Álvarez, presidente de la Casa de León en Madrid, José Carralero y Luis Rodríguez fueron algunos de los asistentes. El abad emérito no pudo acudir por su delicado estado de salud actual.

Cándido Alonso resaltó el hecho de que «a la hora de encontrar colaboradores para la edición de este número, si nunca se ha negado nadie, esta vez, al tratarse de don Antonio, el sí fue aún más rotundo», explicó. Así, la publicación cuenta con la participación de ilustres como Miguel Cordero del Campillo, quien destaca que «Antonio Viñayo ha sido un gran gestor que, con discreta eficacia, ha mantenido la actividad de la Colegiata-Basílica de San Isidoro de tal manera que puede decirse que ha conseguido borrar la noción de manos muertas que se aplicó a los bienes de la Iglesia en el siglo XIX», escribe en su artículo el catedrático emérito de la Universidad de León.

Sobre estas líneas generales de «simbiosis total entre la persona y la Basílica», tal y como apuntó Félix Pacho, giraron las intervenciones de ayer en Madrid para así destacar la incesante e ingente labor llevada a cabo por Antonio Viñayo y que ya forma parte de las personalidades más destacadas de la cultura contemporánea leonesa.

El catedrático Guillermo Suárez reafirmó también el trato personal y cercano con el abad, del que destacó tanto su inteligencia como su formación, así como su capacidad y talento para comunicar. «Cuando en los 90 me pude liberar un poco porque tenía ya muchos catedráticos discípulos, frecuenté más León y siempre era obligatoria la visita para disfrutar de sus conversaciones», relató Suárez, que también reveló que, en ocasiones, se prolongaban hasta olvidarse de que la hora de la comida estaba pasando entre estas interesantes charlas.

Para el catedrático leonés, según explicó ayer, la figura de Antonio Viñayo trasciende a afinidades de otro tipo, y se impone por encima de todo su alto conocimiento de la cultura, el arte y la ciencia.

Félix Pacho, como artista de las anécdotas, además de poner en valor lo realizado por el abad «para impulsar, sin dimitir de su vocación sacerdotal, el Pendón de Baeza, el gallo de San Isidoro, las imágenes, la arquitectura y todo el complejo en sí», también apuntó hacia otros aspectos: «Ha potenciado las leyendas, como ese vino de mil años de Jueves Santo». Incluso añadió Pacho Reyero que, en su día, el Obispo Almarcha lo fichó para la diócesis de León a golpe de talonario, para abandonar así la de Asturias, que reclamaba la dedicación que habían destinado en Antonio Viñayo, que ya desde pequeño demostraba su potencial y nivel cultural.