http://www.redjuderias.org/google/google_maps_print/cronologia-leon-es.html
http://www.casasefarad-israel.es/
http://www.redjuderias.org/google/google_maps_print/cronologia-leon-es.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Mos%C3%A9_ben_Sem_Tob_de_Le%C3%B3n
Moshé ben Sem Tob de León
Nació en 1240 y murió en 1305. Fue rabino y filósofo, autor del Libro del Esplendor, obra central en la Cábala.
http://sefardies.es/ver_biografias.php?id_biografia=5516
http://sefardies.es/index.php
http://corazonleon.blogspot.com.es/2013/01/las-juderias-en-la-provincia-de-leon.html
LAS JUDERÍAS EN LA PROVINCIA DE LEÓN (JUDERÍAS Y JUDÍOS DE LEÓN EN LA EDAD MEDIA III)
24 de enero de 2013
El principal y casi único estudioso que ha habido sobre el tema ha sido D. Justiniano Rodríguez Fernández, con sus dos monumentales obras “La judería de la Ciudad de León”(1969) y “La juderías de la Provincia de León”(1976), ambas publicadas en la colección “Fuentes y estudios de Historia Leonesa”.
La lista completa de juderías documentadas en la provincia de León es la que sigue (en orden alfabético): Alija del Infantado, Almanza, Astorga, Barrios de las Salas, Bembibre, Benavides de Órbigo, Cacabelos, Castrocalbón, Cea, Grajal de Campos, La Bañeza, Laguna de Negrillos, León, Mansilla de las Mulas, Palacios de la Valduerna, Pobladura de Pelayo García, Ponferrada, Sahagún, Valderas, Valencia de Don Juan, Vega de Valcárcel, Villafranca del Bierzo, Villamañán y Villaverde de Arcayos.
Las juderías de la actual provincia de León según Justiniano Rodríguez. |
De estas veinticuatro, nueve están en el Camino (en orden de peregrinación): Sahagún, Mansilla de las Mulas, León, Astorga, Bembibre, Ponferrada, Cacabelos, Villafranca del Bierzo, y Vega de Valcárcel.
Aspectos generales
Las juderías o aljamas leonesas se localizan principalmente:
a)En el Camino de Santiago o en sus proximidades. Es evidente que los judíos conocían la importancia económica del Camino.
b)Ribera del Cea, debido probablemente al repoblamiento mozárabe desde el sur: junto a los mozárabes vendrían judíos huyendo de las persecuciones musulmanas en los tiempos difíciles.
c)Ruta de la Plata en sus dos ramales en nuestra Provincia (Benavente-Villamañán-León, y Benavente-La Bañeza-Astorga). Algunas aljamas se sitúan en las cercanías de ambos ramales. Resulta curioso que a D. Justiniano se le pasara por alto la importancia de esta Ruta en cuanto a los asentamientos judíos.
En todo caso, se aprecia con facilidad la tendencia de los hebreos a situarse cerca de las grandes vías de comunicación de la época. Otra muestra de ello es su alejamiento de las zonas montañosas, más deprimidas económicamente en esta época y con menor movimiento de gentes.
Cabe destacar la cohabitación pacífica y tolerancia en el territorio de la actual provincia, ya que hubo una ausencia casi total de pogromos y persecuciones. Tan solo hay documentadas dos: una en Cea en 1127, y otra en León en 1449 (que respondió a intereses políticos, como veremos).
Las actividades económicas de los judíos leoneses aparecen reflejadas en los documentos medievales (compraventas de casas y propiedades rústicas, arrendamientos, etc.) A diferencia de otras zonas españolas y europeas, muchos cultivan la tierra. Poseen molinos. Los dedicados al préstamo, la usura y la recaudación de impuestos se localizan en los grandes núcleos de población (sobre todo en León, Sahagún y Mansilla, en el Camino), pero no parecen ser demasiados respecto a la población judía total. Pagaban algunos impuestos más que los cristianos, pero este tipo de discriminación también ocurría en territorio musulmán, por lo que no debió de haber muchas protestas.
-Población: a tenor de la distribución de impuestos entre los hebreos leoneses, en nuestra Provincia habría unas 761 familias en 1474. Si aceptamos que cada familia tenía una media de 6 miembros, en total serían 4566 habitantes, aunque actualmente se barajan cifras más bajas. La mayoría vivían en León, Sahagún y Ponferrada.
-La expulsión de 1492: no se sabe con certeza, pero los judíos leoneses debieron optar en su mayoría por marchar a través de la frontera portuguesa. Sí que hay referencias que indican que los judíos de Villafranca salieron por los puertos gallegos (La Coruña, Ferrol), pero el grueso de los hebreos de León debió salir de la provincia por Sahelices y Puebla de Sanabria. Al parecer, muy pocos regresaron aceptando el bautismo, aunque no sabemos qué porcentaje optó por esta medida desde el primer momento del Decreto de Expulsión.
Tan sólo recorreremos las principales juderías del Camino en el orden que las visitaría un peregrino.
-SAHAGÚN
Los primeros judíos de esta localidad seguramente llegaron con la repoblación de Sahagún llevada a cabo por Alfonso VI en 1087, tal vez procedentes de Toledo.
La primera referencia documental habla de 30 familias en 1126 que eran vasallas del monasterio, y su número fue en aumento. En 1152 se les concede el Fuero de León (como a todos los judíos de Reino), pero el abad Domingo les crea uno propio ese mismo año. Alfonso X les dio otro fuero muy extenso, aboliendo los anteriores, pero al final los sometió al Fuero Real de 1255.
El tesorero del rey Pedro I, Samuel el Leví, probablemente era de Sahagún, ya que tenía numerosas posesiones en la villa.
-Actividades que desarrollaban los judíos en la villa: orfebres, tenderos, terratenientes y recaudadores.
-La judería: D. Justiniano dedujo que las calles Cantarranas, Tenerías y Zapaterías eran términos lindantes de la aljama, y tal vez parte de ella, o sea, al norte de la villa.
-El cementerio: los documentos dicen que estaba super mercatum, es decir, sobre el mercado. El terreno fue concedido por el abad Gutierre, lo que fue muestra de generosidad, aunque al parecer era una tierra estrecha y pequeña. Debía estar en una loma pequeña a la derecha del camino de Peceñil, a mayor altura que el mercado. Sería interesante localizarlo y, de ser posible, excavarlo, ya que podrían hallarse inscripciones funerarias que dotaran de mayor atractivo turístico a la villa.
-La sinagoga: abandonada tras la expulsión, pasó a manos de la Cofradía de la Santísima Trinidad, que la reconvirtió en la Iglesia de Santa Catalina, aunque por desgracia no sabemos dónde se localizaba. D. Justiniano apuntó la posibilidad de que sea la actual iglesia de Santa María la Nueva, conocida como “la Peregrina”, aunque pocos se la toman en serio.
-Población: en el siglo XV sufrió varios vaivenes, de tal forma que en 1439 se llegó a afirmar que los judíos de Sahagún eran pocos y pobres. En tiempo de la expulsión tenían muchas deudas, aunque también les debían dinero, por lo que los Reyes Católicos enviaron un comisionado para solucionar estos problemas tras emitir el Edicto de Expulsión.
Hay una curiosa anécdota sobre la vida de esta judería: en 1399 se envió al presbítero Martínez Balbás como misionero a la aljama para que predicara a los judíos. Tan pesado y mareante debía ser el hombre con sus sermones, que los hebreos y otros habitantes de la villa lograron que Enrique III emitiese una orden de prisión contra él, aunque Martínez consiguió refugiarse en el Monasterio, donde acabó convirtiéndose en monje.
-MANSILLA DE LAS MULAS
Como es norma en nuestra provincia, quedan escasos vestigios judíos. En el siglo XV los hebreos de esta localidad se ocupaban de la recaudación de diezmos y rentas eclesiásticas. Eran prestamistas a muy alto interés, y el concejo de Mansilla protestó contra ello a los Reyes Católicos. Todo ello nos hace suponer que no debían de ser muy populares entre la población.
Al parecer habitaban en las cercanías de las iglesias de San Lorenzo y de Santa María. No debían de ser muchos, pero tenían holgura económica, ya que en el siglo XV se documenta que poseían más de 500 cabezas de ganado.
-LEÓN
Los judíos leoneses habitaban en un comienzo en el suburbio de Puente Castro, que de hecho se llamaba Castro de los Judíos en la Edad Media. Las primeras referencias documentales sobre ellos aparecen en el siglo X. Fueron atacados por las huestes de Alfonso VIII de Castilla y Pedro I de Aragón el 23 de julio de 1196 y resistieron valientemente hasta el 25, día en que fue tomada la fortaleza y saqueada la judería. Los supervivientes que no consiguieron huir por los riscos del lado del río fueron asesinados o hechos esclavos. Fue tan concienzuda la destrucción de Puente Castro, que estuvo prácticamente deshabitado hasta el siglo XV. Después de este suceso, la judería pasó a León ciudad, como veremos.
Sinagoga: su localización nos es desconocida dentro de Puente Castro. Antes del descubrimiento del cementerio, aparecieron ocho lápidas funerarias en el talud del depósito de agua, que son los mejores ejemplos de epigrafía hebrea en España: buena parte de ellas se encuentran en un museo de Toledo. Posteriormente ha aparecido alguna más a raíz de las obras de la ronda.
León ciudad: el núcleo de la judería estaba delimitado por las calles de Misericordia, Cuesta de Castañón, Juan de Arfe y Plaza de las Tiendas. También había judíos en la calle Santa Ana, en la calle de Rodezneros, y en los alrededores de la iglesia de San Martín. En 1481 se propuso segregar a los judíos fuera del casco urbano, pero parece que no se llevó a cabo.
D. Justiniano creyó descubrir que la sinagoga estaba en la Calle Misericordia (antes Cal de Moros), cerca de la Puerta de Cal de Moros (actual Plaza de Riaño).
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Localización de la judería en la ciudad de León según Justiniano Rodríguez. |
-Profesiones que desarrollaban: orfebres, curtidores, carpinteros, peleteros, tintoreros, pintores… Pero sobre todo prestamistas y usureros.
Testimonio de la convivencia pacífica es el hecho de que hay testigos judíos en contratos entre cristianos, y testigos cristianos en contratos entre judíos. También abundan los contratos entre cristianos y hebreos.
-Persecución: hubo un pogromo antijudío el 25 de mayo de 1449 dirigido por Suero de Quiñones (no el de las Justas de Hospital) y Lope Rodríguez de la Rúa, ambos enemigos declarados del rey, y que debieron iniciar la persecución y matanza como una afrenta al monarca. En cualquier caso, contaron con el apoyo y colaboración de una multitud de cristianos, muchos de los cuales eran convecinos de los judíos leoneses. El rey castigó a los cabecillas, pero de poco les sirvió a los asesinados. No sabemos cuántos murieron, pero los daños fueron cuantiosos. Hay que enmarcar esta acción en el contexto de la serie de pogromos que recorrieron España a partir del siglo XIV, aunque también hay que reconocer que es el único caso documentado en León en este infausto período.
En Semana Santa leonesa existe la costumbre de salir a tomar limonadas diciendo que se va a «matar judíos». Esta expresión parece que procede de estos tiempos, en los que al acercarse el Viernes Santo los sacerdotes pronunciaban encendidos sermones en contra de los judíos, que habían crucificado a Jesús (olvidándose de que el propio Jesús, la Virgen y los Apóstoles eran judíos): estos discursos provocaban que la gente saliese enardecida hacia las juderías para vengar la muerte de Cristo en la piel de sus convecinos judíos. La mayoría de las veces éstos ya habían salido de la ciudad en esas fechas, por lo que realmente pocas veces debió de llegar la sangre al río. Como compensación, los alborotadores se consolaban con unas limonadas , y con cada una decían que «mataban un judío». Otros dicen que esta expresión nació en Navarra con motivo de la expulsión de los judíos… Quién sabe…
En tiempos de la Expulsión, había en nuestra ciudad entre 400 y 600 hebreos. Para vergüenza de León, el corregidor Juan de Portugal exprimió de muy diversas maneras a los judíos antes de que salieran de la ciudad. Como consuelo nos queda que el regidor Francisco Vaca lo denunció ante los Reyes Católicos, y Juan fue investigado, aunque no sabemos con qué resultado.
-ASTORGA
Ya hay menciones de población judía en 1043, y la sinagoga aparece mencionada por primera vez en 1073. El cementerio se localiza en 1092 entre la muralla, la Iglesia de Santa Colomba y San Esteban, y el Camino Francés. En 1111 aparece un nuevo cementerio en los documentos, lo que hace suponer un rápido crecimiento de la judería.
Se puede hablar de la existencia de dos grupos de judíos: uno de ellos estaría en el ángulo SE, junto a Puerta Sol, es decir, en la entrada del Camino de Santiago en la ciudad. Su asentamiento se conocía con el nombre de Castro o Castillo de los Judíos, y estaba bajo dominio del gobernador de la ciudad (si bien tras una serie de pleitos pasarán a formar parte del señorío eclesiástico en 1313). El otro grupo se situaba en las cercanías de Puerta Obispo, y estaban bajo señorío eclesiástico.
Los hebreos de Puerta Sol estaban encargados de la custodia de la puerta de la muralla, y participaban en los turnos de vigilancia de toda la ciudad.
La aljama se dedicaba sobre todo a las actividades agrícolas, comerciales y médicas. No hay referencias de la existencia de recaudadores ni de usureros, aunque sí que hubo prestamistas ocasionales (no profesionales)
Hubo pleitos entre las aljamas de Ponferrada y la de Astorga por las contribuciones de las pequeñas aljamas de Bembibre y los Barrios de Salas, pero al parecer ganó la ponferradina.
Según se infiere de algunos documentos, hubo un notario público de la iglesia de Astorga adscrito a los judíos en exclusiva.
-Sinagogas: hubo dos. La primera debía estar frente a Puerta Obispo y muy cerca del Camino y del cementerio antiguo. La otra debía estar en las proximidades de la iglesia de San Bartolomé (extremo SE).
-BEMBIBRE
Dice D. Justiniano que la iglesia de San Pedro fue una sinagoga. Esta aljama aparece ensombrecida por la de Ponferrada, ya que ésta será la representante de todas las poblaciones judías del Bierzo.
En 1490 empezaron a levantar una nueva sinagoga en el centro de la población, lo cual estaba prohibido desde las Partidas de Alfonso X. Cuando iba a ser inaugurada, los vecinos cristianos irrumpieron dirigidos por eclesiásticos y profanaron el templo judío. Dispusieron un altar y celebraron misa. Finalmente, la justicia seglar amparó a los hebreos, y éstos pudieron restablecer la sinagoga, aunque pudieron usarla menos de dos años debido al Edicto de Expulsión.
Durante la Expulsión de 1492 un par de judíos de Bembibre aprovecharon para marchar dejando a deber la gran suma de 90000 maravedíes, dos docenas de quesos, etc.
-PONFERRADA
La principal característica de esta comunidad parece que fue su total mezcla con la población cristiana, ya que no se cumplían las normas de separación. Pero en 1488 se les echó del casco urbano y se les obligó a vivir aislados en el Campo de los Judíos (o Barrio de los Judíos). Aquí seguramente construyeron una efímera sinagoga nueva. Esta segregación se realizó a instancias del concejo, de los justicias, regidores, oficiales y hombres buenos de la villa, es decir, que fue solicitada por prácticamente toda la comunidad cristiana, lo que nos hace pensar en la existencia de algún episodio histórico concreto que desencadenaría esta ola de odio segregacionista.
La sinagoga y el cementerio estaban en el Monte de los Judíos, al noroeste de la ciudad vieja, cerca de la confluencia del Sil y del Boeza, y próximos al mercado viejo.
Resaltar que a efectos tributarios, cada vez que aparece en los documentos la expresión “la aljama” o “los judíos de Ponferrada” en realidad se está haciendo referencia a todas las poblaciones hebreas del Bierzo.
-CACABELOS
Esta aljama también aparece asociada a las de Ponferrada, Barrios de Salas, Bembibre, Villafranca y Valcárcel. Es deducible que tuvo escasa población judía, y de poca importancia económica. Además, está claro que en El Bierzo se produjo una despoblación de judíos a finales del siglo XV, ya que descendió la recaudación tributaria.
-VILLAFRANCA DEL BIERZO
No hay menciones de judíos hasta el siglo XII, pero a partir de esta fecha se vislumbra un importante núcleo judío. En 1175 el señor era Nuño Peláez, y delegó en tres alcaldes, uno de los cuales era hebreo: esta situación se repitió en el futuro. Es algo totalmente inusual.
Esta población también aparece solapada por la aljama de Ponferrada en materia tributaria.
Algunos judíos de Villafranca se vieron implicados en una red ilegal que trataba de sacar los metales preciosos y las joyas de los expulsados, actividad que estaba prohibida.
Algunos salieron por la Coruña, y otros pocos por Portugal. Unos pocos se convirtieron al cristianismo en el exilio, regresaron, y recuperaron sus bienes (o lo que quedaba de ellos).
-VEGA DE VALCÁRCEL
Se establecieron aquí por el Camino de Santiago. Entidad pequeña y establecimiento tardío. No hay noticias de ningún tipo sobre sus integrantes.
http://corazonleon.blogspot.com.es/2013/01/las-juderias-en-la-provincia-de-leon.html
http://www.diariodeleon.es/noticias/revista/moises-leon-cruzado-judio-laxitud_145775.html
Petición pública para que el Ayuntamiento de León dedique una calle a Jaime Einstein
https://www.change.org/p/sr-d-emilio-guti%C3%A9rrez-fern%C3%A1ndez-petici%C3%B3n-p%C3%BAblica-para-que-el-ayuntamiento-de-le%C3%B3n-dedique-una-calle-a-jaime-einstein?just_created=true
Jaime Einstein (1947-2015) fue un escritor y abogado cubano, además de apasionado conocedor y divulgador del pasado hebreo en el Reino de León.
La principal obra de Jaime Einstein es el libro «El Esplendor», en el que noveló la vida del rabino Moisés de León, probable escritor de la obra clave de la Cábala el Zohar. La historia se ambienta en el Reino de León, relatando, entre otros eventos, el asedio castellano-aragonés de 1196 a la aljama judía de Puente Castro, si bien existe una narración paralela sobre la vida de Shimon bar Yojai, presunto -pero improbable- autor de la obra en el siglo II. En todo el libro se refleja con claridad la importancia de la comunidad del Castro de los Judíos, hoy en Puente Castro (León).
También es el autor del libro «La isla de Abraham», inédito, sobre la historia de los judíos en la isla de Cuba.
Asimismo, participó como ponente en numerosas conferencias y actos divulgativos sobre el legado judío leonés.
Por todo ello, creemos que Jaime Einstein tiene méritos suficientes para ser merecedor del honor de tener su propia calle en la ciudad que tanto amó, León.
El origen judío y leonés del autor de Don Quijote, Miguel de Cervantes
Una reciente investigación da fundados argumentos sobre el origen judío de Cervantes y su vinculación con la zona del antiguo Reino de León.
El escritor e investigador Santiago Trancón Pérez ha llevado a cabo una exhaustiva lectura e interpretación del Quijote en la que sostiene el origen judío de Cervantes y su condición de judeoconverso.
En un libro recientemente publicado, Huellas judías y leonesas en el Quijote. Redescubrir a Cervantes, presenta gran cantidad de datos y argumentos que dan solidez a esta tesis, que revoluciona los estudios cervantinos y pone en duda muchos de los tópicos y afirmaciones más extendidas, tanto sobre el Quijote como sobre su autor, Miguel de Cervantes. La simple enumeración de algunas de las huellas descubiertas en la obra, así como los pasajes analizados, da una idea del rigor de su investigación:
-Los rasgos físicos y psicológicos de don Quijote y Cervantes, destacados por Cervantes, son una señal intencionada del origen judío de los dos.
-El uso disémico del término “mancha” y “manchego”, equivalente a “manchado” y “converso” de forma inequívoca en “La pícara Justina” (novela picaresca cuya protagonista es una judía leonesa a la que se llama “manchega”).
-El brit milá simbólicó con que a los ochos días Cervantes le pone nombre a su protagonista, don Quijote de la Mancha, derivado de Quijada, apellido que el propio don Quijote entronca con Gutierre Quijada, noble leonés de origen judío.
-La expresión “duelos y quebrantos” para referirse a un plato (huevos con tocino y jamón) prohibido en la dieta judía, que don Quijote, además, ha de comer “los sábados”.
-Los molinos de viento como símbolo de la Inquisición, con aspas que se asemejan a la cruz de los “sambenitados”.
-Referencia al alcaná de Toledo, el mercado judío donde encuentra Cervantes el manuscrito del Quijote, y la alusión al hebreo como “más antigua y mejor lengua”.
-La liberación de los galeotes, entre los que se encuentra un reo que ha sufrido torturas de la Inquisición (la toca) y otro anciano judío (acusado de hechicería y alcahuetería).
-Un canto a la nostalgia de Sefarad y una crítica a la expulsión a través del morisco Ricote.
-El atropello simbólico de una piara de cerdos.
-Una parodia y burla de la Inquisición.
-El tormento de la garrucha aplicado a don Quijote.
-Parodias y críticas del matrimonio canónico y los sacramentos católicos, la eucaristía, el purgatorio, el infierno y los demonios.
-Críticas y burlas referidas a la Iglesia Católica, el papa, los obispos, los cardenales, los frailes y eclesiásticos, las monjas y los conventos.
-Desprecio de la excomunión, parodia de los milagros y el culto a las reliquias y los santos.
-Referencias humorísticas a la Virgen, Jesucristo, el rosario, la coronación de Cristo, la conversión del vino en sangre.
-Influencias del Talmud (cuento de la cañaheja y los otros episodios de la ínsula Barataria), alusión al tzitzit y posible derivación del nombre de Barataria del arameo Baraita.
-El mito de la Edad Dorada y su relación con la tradición judía y el tikkun olam.
-Estructura mental y discursiva de origen judío (influencia de la tradición oral y escrita judía).
-El Quijote como la oposición dialéctica entre un cristiano viejo (Sancho) y un cristiano nuevo (don Quijote).
-La frustrada carrera
militar de Cervantes, la negación del permiso para viajar a América, su cargo de recaudador de impuestos, su dedicación a ciertos negocios…, como otras pruebas de su origen judío
-La literatura y el humor crítico como refugio y afirmación de libertad, propia de un judeoconverso forzado.
-Breve estudio de otras obras (El retablo de las maravillas, el Licenciado Vidriera, los baños de Argel, etc.) en las que se profundiza en las referencias judías que confirman el origen converso de Cervantes y la gran influencia que la cultura y la tradición judía ejerció sobre su pensamiento, su vida y su obra.
El libro del profesor Trancón (que reivindica la importancia de los hispanojudíos en la cultura y la historia de España) desarrolla igualmente otros muchos indicios de la vinculación de Cervantes con la zona zamorano-leonesa en la que desde la Edad Media hubo más de cien asentamientos judíos, y de donde debió de proceder familia de Cervantes Saavedra. Con profusión de razonados argumentos quiere revisar la interpretación católico-manchega del Quijote para defender y difundir otra interpretación más ajustada a la realidad histórica, la verdad judeo-leonesa, tanto de Cervantes como del Quijote, en oposición a todos los dogmas que los cervantistas y el cervantismo oficial sigue sosteniendo con muy poco fundamento, como el nacimiento de Cervantes en Alcalá de Henares, dato basado en una supuesta acta de bautismo nunca autentificada.Libros, artículos y crítica teatral y literariaSantiago Trancón Pérez, nacido en Valderas (León), es doctor en Filología Hispánica, premio extraordinario de tesis doctorales por la UNED en el 2006, y tiene editados, entre otros libros:
- De la naturaleza del olvido (poesía, Colección Provincia, León 1989)
- En un viejo país (novela, Huerga y Fierro, 1997)
- Teoría del Teatro (ensayo, Fundamentos, 2006)
- Castañuela 70. Esto era España, señores (VVAA, estudio histórico, Ramalama Music, 2006),
- Teatro breve de Rafael Gordon (edición y estudio, Fundamentos, 2006)
- Desvelos de la luz (poesía, primer finalista del II Premio Viaje del Parnaso, Huerga y Fierro, 2008) Memorias de un judío sefardí (Infova Ediciones, 2011)
- Además, ha publicado cientos de artículos de análisis y crítica teatral y literaria en El Viejo Topo, Ajoblanco, Diwan, Primer Acto, Cuadernos Hispanoamericanos, Signa, Epos, etc.
- Ha sido crítico teatral de Diario 16 y El Mundo.
- Profesor de Lengua y Literatura Española, ha impartido la enseñanza en Barcelona y Madrid.
- Ha sido profesor de dramaturgia en la RESAD de Madrid durante siete años.
- Asumió el cargo de Director General de Promoción Cultural de Castilla y León (1984-1988), impulsando, entre otros proyectos, el Festival Titirimundi de Segovia.
- Ha participado en programas de TV como La clave, Negro sobre blanco, Cultura con ñ y Las noches Blancas.
- Ha dado numerosas charlas y conferencias en diversos centros e instituciones, y participado en varios congresos, como la 40e Rencontre Québécoise Internationale des Écrivains (Montréal, 2012) o el I Congreso Internacional Reencuentro e Historia de la Aljama de Zamora (Zamora, 2013).
OTRAS REFERENCIAS DE ESTA PUBLICACIÓN
Presentación del libro ‘Huellas judías y leonesas en el Quijote. Redescubrir a Cervantes’
http://www.sefarad-israel.es/Presentacion_Huellas_judias_y_leonesas_en_el_Quijote_Redescubrir_a_Cervante
MÉXICO
Al otro lado del mar
Un nuevo león
Según algunas investigaciones, en el siglo XVI, antiguos judíos leoneses decidieron dejar atrás un entorno de persecución y de sospecha fundando el Nuevo Reino de León. Sin embargo, su empresa se vio truncada en aquella tierra donde habían depositado sus esperanzas
Alberto Flecha pérez
D.L. 24/09/2017 http://www.diariodeleon.es/noticias/revista/nuevo-leon_1190272.html
En la pasada entrega de la Llariega adelantamos el que fue el más antiguo territorio americano bautizado con el nombre de León: la gobernación de Nueva León, en la Patagonia. En esta entrega nos centraremos en un lugar mucho más conocido cuyo topónimo también refleja, al otro lado del Atlántico, el nombre del antiguo reino: Nuevo León. Al noreste de la nación azteca, uno de los treinta y un estados que la conforman todavía hoy recibe esta denominación.
Este territorio, al igual que la gobernación patagónica, fue fundada por un portugués; Luis Carvajal y de la Cueva. Un hombre que, a pesar de haber nacido en Mogadouro, muy próximo a la frontera con el Reino de León, mantenía vínculos y orígenes familiares con las actuales provincias de Zamora y de León. Los orígenes judíos de su familia les habían llevado a escapar, como otros 30.000 judíos de los reinos de León y de Castilla durante los progromos de finales del siglo XIV. Esta gente se instaló al otro lado de la frontera o bien en sus inmediaciones, en señoríos (como el del condado de Benavente) que no dependían directamente de aquel poder real que más directamente los perseguía. Numerosas familias se vieron repartidas a ambos lados de la frontera, yendo y viniendo de un lado al otro durante años, hasta que la expulsión definitiva un siglo después les obligó a convertirse al cristianismo.
Una de esas familias de judeoconversos que todavía se movían de un lado al otro de la frontera fue la de Carvajal. Él mismo, con ocho años, se transladó junto a sus padres a Sahagún y posteriormente a Benavente donde residían todavía muchas de estas familias. A la muerte de sus padres, Carvajal decide trasladarse, al servicio de la Corona portuguesa, junto a un tío suyo a Cabo Verde para dedicarse al comercio de esclavos.
Después de que Felipe II se convirtiera en rey de Portugal, Carvajal aparece en Sevilla a su servicio. Comienza, como comerciante, una expedición a Nueva España donde, por los servicios que termina prestando a la Corona, acaba como alcalde de Tampico, ciudad estratégica de la costa de Nueva España por su interés comercial. Poco a poco, Carvajal comenzará a destacarse en sus servicios: repelerá ataques de piratas a la ciudad y llevará a cabo expediciones hacia el interior hasta el Río Grande en Texas. Sin embargo, parece que seguirá con sus oscuros negocios de trata de esclavos, por lo que se verá obligado a regresar a la Península a rendir cuentas.
Será en 1579 cuando Carvajal emprenda un segundo y definitivo viaje a Nueva España. Había decidido colonizar el interior mejicano «de mar a mar», pero su condición de judeoconverso le pone en una difícil situación: estas misiones estaban reservadas a cristianos viejos que estuvieran en disposición de demostrar que, al menos en tres generaciones, procedían de familias cristianas. Sin embargo, la dificultad de aquellos territorios, hace que la Corona haga la vista gorda. Al final, Carvajal emprenderá un viaje en la nave Santa Catalina con cien familias de esos judeoconversos de los que el mismo procedía: la mayoría provenientes de aquellos territorios fronterizos del Reino de León: Benavente, Valderas, Sayago… Y así, desde Tampico, se adentraron hacia el interior del continente para formar el Nuevo Reino de León. Fundaron Monterrey, cambiaron el nombre de la localidad de Santa Lucía por el de Nuevo León, consiguieron dotar de prosperidad a aquellas nuevas fundaciones por lo que, durante diez años, la misión fue un éxito. Diez años nada más. Al cabo de esos diez años, la Inquisición, en sus sospechas contra las conversiones de los judeoconversos, cayó sobre la familia de Carvajal. Muchos de ellos murieron a partir de estos procesos. El propio Carvajal, lo hizo en prisión, como consecuencia de las torturas recibidas. Acababa así su aventura y su vida, un proyecto que quizás fue una vía de escape de aquellos antiguos judíos que decidieron dejar atrás un entorno cada vez más complicado para ellos en Europa. Baste mencionar que, como recuerda el historiador Eugenio del Hoyo, en 1933, durante el nazismo, en México se abrió el debate sobre si la empresa de aquellos antiguos judíos leoneses «había sido un ensayo de colonización judía huyendo de la intransigencia europea para practicar la religión hebrea anticipándose cuarenta años a los peregrinos del Mayflower».
Los judíos benaventanos de Nuevo León
Bajo el mando de Luis de Carvajal fundaron el estado y Monterrey, pero fueron ajusticiados por la Inquisición en un auto de fe en 1596 en Ciudad de México
aopinióndezamora.es » Benavente http://www.laopiniondezamora.es/benavente/2011/06/05/judios-benaventanos-nuevo-leon/522848.html
Domingo 05 de junio de 2011
Luis de Carvajal y de la Cueva arribó a México a bordo de la nave Santa Catalina en el año 1580. Había convencido al Consejo de Indias para colonizar México «de mar a mar» y Felipe II le otorgó mando de gobernador y capitán general para crear el estado de Nuevo León. Carvajal, hijo de sayagués, había nacido en Portugal, pero algunos de sus hermanos lo hicieron en Benavente, donde fallecieron y están enterrados sus padres. Con el permiso real partió con cien familias para colonizar México siendo la mayoría cristianos nuevos (judíos conversos) de Portugal, Benavente, Valderas, Zamora, Sayago y Medina del Campo. Carbajal y su familia crearon Nuevo León y fundaron Monterrey, pero terminaron siendo ajusticiados por la Inquisición en un auto de fe en el año 1596.
J. A. G. En 2010 se cumplieron 430 años de la llegada de la nave Santa Catalina a México. Luis de Carvajal, el primer hombre que años atrás, tras cruzar el Río Grande se había adentrado en Texas, regresaba con cien familias para colonizar el territorio. La mayoría eran de origen judío, incluida su familia. La corona española había hecho la vista gorda permitiendo que la colonización se realizara con cristianos nuevos, cuando la ley sólo permitía viajar a españoles con tres generaciones de antepasados cristianos. Luis de Carvajal se estableció en Santa Lucía, que renombró Ciudad de León, y fundó San Luis Rey de Francia (Monterrey). Lo hizo con cien soldados y 70 familias de trabajadores.
Diez años después, cuando la prosperidad le llegaba al gobernador y a su familia, fueron acusados de judaizantes por la Santa Inquisición. Luis de Carvajal falleció en la cárcel en 1596 debido a las torturas recibidas mientras esperaba la ejecución de su sentencia. Buena parte de su familia fue ajusticiada en un auto de fe en Nuevo México en diciembre de ese año.
El libro «Historia del Nuevo Reino de León (1577-1723)» del historiador mexicano Eugenio del Hoyo, relata ampliamente en el capítulo titulado «Las gentes de Carvajal» las peripecias y orígenes de los españoles y portugueses que emprendieron la colonización de Nuevo México con Luis de Carvajal.
La explicación de por qué algunas de estas gentes de Carvajal nacieran en Benavente «tiene que ver con que la comunidad judía benaventana había sido significativa desde 1390, a raíz del progrom o persecución de los judíos que se produjo en algunas ciudades castellanas como Toledo, Valladolid y Medina del Campo», explica el historiador benaventano, Juan Carlos de la Mata Guerra.
«Muchos judíos se acogieron a la protección de los señoríos periféricos o próximos a la frontera de Portugal, entre ellos el Condado de Benavente, donde podían gozar de protección y prosperar en sus actividades», opina. De hecho, la proximidad de la frontera con el Reino de Portugal y la protección que ofrecían a esta comunidad algunos señores feudales como el conde de Benavente frente a las ciudades y villas de realengo, propició el asentamiento de algunos contingentes o grupos de judíos.
Este interés radicaba también en el aumento del número de vasallos y la repoblación de sus villas y aldeas, en que las capacidades profesionales y culturales de la comunidad judía podían contribuir de una manera efectiva a la administración y economía señorial y concejil, ya que los judíos durante la Baja Edad Media resultaron indispensables para la recaudación de impuestos y rentas, para el arrendamiento de las alcabalas, el comercio, artesanías, y muy capaces y avanzados en conocimientos especializados, como el ejercicio de la medicina y la física.
Algunas fuentes calculan que fueron unos 30.000 los judíos expulsados de los reinos de León y de Castilla. Camino del destierro pasaron por Benavente hacia Portugal, donde se refugiarían temporalmente hasta que también serían expulsados. «Muchos de ellos retornarían como juedeoconversos, estableciéndose en los señoríos y villas fronterizas. A partir del siglo XVI esta permeabilidad fronteriza se ve facilitada además por la unión de las coronas de Portugal y de España durante los reinados de Carlos V, Felipe II y Felipe III», explica de la Mata.
El luctuoso desenlace de Luis de Carvajal y de parte de su familia a manos de la Inquisición en México por practicar la religión hebrea pese a su condición de cristianos, fue recogida en «El Libro Rojo» (1870) de Vicente Riva Palacio y Alfonso Payno, y durante bastantes años la historia de Carvajal fue motivo de controversia hasta el punto de que en 1933, en pleno auge de Hitler y el nazismo, se llegó a abrir un debate en México sobre si el desembarco de Carvajal y sus cien familias «había sido un ensayo de colonización judía huyendo de la intransigencia europea para practicar la religión hebrea anticipándose cuarenta años a los peregrinos del Mayflower». Eugenio del Hoyo recoge estas disquisiciones en el preámbulo del capítulo citado sobre «Las gentes de Carvajal», donde también trazo un extenso árbol genealógico de los personajes mas importantes de la familia y sobre cuál fue su devenir. De ellos recogemos a continuación de los nombres más importantes relacionados con Benavente.
Francisca Núñez de Carvajal, nacida en Benavente en el año 1540. Era hermana de Luis de Carvajal. El apellido Núñez deriva posiblemente de su tía, Isabel Núñez, esposa de Enrique Pimentel, con quien vivió de niña. Francisca se casó con Francisco Rodríguez de Matos, natural de Valderas, que fue mercader y diezmero y sirvió durante muchos años al conde de Benavente. El matrimonio se afincó en la villa hasta el año 1576, momento en que se trasladaron a Medina del Campo. Allí les recogió Luis de Carvajal y con sus hijos viajaron en el Santa Catalina hasta la Nueva España.
De Francisca de Carvajal, recoge la historia su participación en el proceso inquisitorial: «Doña Francisca de Carvajal, viuda, mujer que fue de Francisco Rodríguez de Matos, natural de Benavente en los Reinos de Castilla, que fue quemada en estatua y huesos, de casta y generación de judíos, fue reconciliada por este Santo Oficio en año noventa por la guarda de la Ley de Moisés, relapsa en ella, impenitente ficta simulada, confitente, fue condenada a auto, coroza y hábito con insignias de fuego y relajada en persona y entregada a la justicia y brazo seglar y con confiscación de bienes».
Hijos del matrimonio, benaventanos y sobrinos del gobernador Luis de Carvajal fueron Gaspar de Carvajal, nacido en 1556, sacerdote y fraile dominico al que se le perdió la pista en Oaxaca.
Baltasar Rodríguez, que uso el alias de Francisco Ramírez natural de Benavente, donde nació en 1563, su tío le había nombrado contador del Nuevo Reino de León, puesto que no llegó a ocupar.
Luis de Carvajal «el Mozo», nacido en Benavente en 1565, fue el más conocido de todos los Carvajales y el primer escritor judío de América. Llegó a ser tesorero y teniente de gobernador del Nuevo Reino de León . Sufrió dos procesos inquisitoriales y murió en la hoguera haciendo profesión de fe en el auto celebrado en México el 8 de diciembre de 1595.
Mariana Núñez de Carvajal (Benavente, 1572) tuvo una vida dramática. Murió soltera, relajada en persona en el autor de fe 1601. Trastornada por «contratiempos sentimentales» fue encerrada en un cuarto, encadenada, completamente desnuda, atacada de locura furiosa en largas temporadas, seguidas por otras de profunda y negra melancolía, según describe Del Hoyo. El 25 de julio de 1601, con 29 años, se le dio garrote y su cuerpo ardió en la hoguera hasta consumirse.
Fueron también hijos del matrimonio Miguel de Carvajal (Medina del Campo 1577); Isabel de Andrada (Benavente, 1560); Catalina de León y de la Cueva (Benavente, 1565), Leonor de Andrada (Benavente, 1574) y Ana de Carvajal «Anica», (Medina del Campo, 1579) reconciliada por la Inquisición en 1601.
La confesión bajo tortura de la hija mayor de Francisca de Carvajal y Francisco Rodríguez, entonces ya fallecido, implicó a toda la familia Carvajal. Fueron obligados a confesar y abjurar públicamente en un auto de fe celebrado el 24 de febrero de 1590. Francisca de Carvajal y varios de sus hijos (Luis el Mozo y cuatro de sus hermanas Isabel, Catalina, Leonor y Mariana) fueron condenados a prisión perpetua; Baltasar, que había escapado, y Francisco Rodríguez, marido de Francisca y padre de todos ellos, que había muerto previamente, fueron quemados en efigie.
En enero de 1595 se activó un segundo proceso inquisitorial, acusándolos de relapsos. Todos ellos fueron ajusticiados en el auto de fe de 1596, excepto Mariana que, por haber perdido la razón, tuvo que esperar a un auto de fe posterior. Ese mismo año, en 1601, la más pequeña, Anica, fue reconciliada.