JUEGOS POPULARES
Fue Felipe Valdeón, un pastor de este pueblo, a quien se le atribuye la hazaña de jugar por primera vez allá por 1747 a los chinos con unas piedras -o chinas- que cogió del suelo.
Al menos, así lo sostiene su «tataranieto» José Antonio Hidalgo, quien ha asegurado, en una entrevista con EFE, que incluso ha dicho que tiene registrada la propiedad intelectual de este juego.
Para esta aseveración, se basa en lo que «siempre ha comentado su familia» y que ha pasado de generación en generación, además de en las indagaciones que él mismo ha hecho sobre los orígenes de esta suerte.
Ahora, más de 250 años después, este pueblo retoma lo de los chinos y ha organizado para el próximo lunes por la noche el primer campeonato, un concurso se enmarca en las fiestas patronales del pueblo, en honor a la Virgen de Perales.
Según ha explicado Hidalgo, todo esto surgió cuando a su antepasado «le vino un día la idea de coger unas piedras del suelo -chinas- cuando estaba cuidando ovejas, e invitó a otros pastores a jugar».
Se ve que la cosa les gustó y cogieron afición al juego, algo que, por otra parte, tampoco tiene «nada en particular, porque para ello solo hacía falta coger piedras del suelo».
Esto «se fue extendiendo con la trashumancia a las dehesas de Extremadura» y también con el Camino de Santiago, ya que Bercianos es paso de peregrinos, y ahora lo conoce todo el país.
«Al principio era una forma de entretenerse, pero la gente como era un poco picardías empezó a adoptarlo para jugarse un vino en los bares».
Todo esto se fue popularizando más y más, hasta que a mediados de los «sesenta cuando proliferaron las barras americanas, las señoritas lo usaban para incitar a los clientes a consumir» y jugarlo a los chinos, ha explicado este hombre, natural de Bercianos y residente en Madrid.
Desde hace más de 30 años, Hidalgo organiza en la capital madrileña anualmente un campeonato nacional de chinos, que va ya por la XXXIII edición.
Ahora, ha querido extender el concurso a su pueblo natal, con cerca de doscientos habitantes, y en ello está, en colaboración con el Ayuntamiento, que ha cedido su antigua sede para la ocasión.
Incluso, este hombre ha elaborado un reglamento de cómo se juega a los chinos, con más de una veintena de normas, entre ellas que cada participante tiene que tener tres piedras, y todas ellas iguales.
La forma de apretar el puño, en el sentido de que cuánto más presiona uno más piedras tiene que ocultar; lo apretados que estén los nudillos, o las uñas, son algunos detalles que le pueden delatar a uno.
La cosa va cogiendo auge y ha promovido la creación de la primera asociación recreativa juegos de chinos San Agustín, en la localidad de Villaobispo de las Regueras, cerca de la capital leonesa.
El primer premio del campeonato de juego de chinos en Bercianos será de un trofeo y cincuenta euros.
56 -JUGAR A LOS CHINOS UN JUEGO LEONES DEL SIGLO XVIII
Un pastor leonés del siglo XVIII inventó esta
popular distracción que hoy reúne en Madrid
a decenas de jugadores en el Campeonato
Nacional promovido por su biznieto
CENSURA Y MANIPULACIÓN
Ni tan antiguo como el ajedrez, las damas y el parchís, con más de cinco siglos de juego en sus tableros, ni tan «modernos» como el Monopoly o el Scrabble, surgidos en el siglo XX. El popular «juego de chinos» nació en el año 1787 en un pequeño pueblo de León, Bercianos del Real Camino, y, claro está, los chinos no tuvieron nada que ver.
Felipe Valdeón
Fue Felipe Valdeón Triguero, un pastor de la localidad, quien a los 41 años inventó el juego para pasar las horas durante el pastoreo. Cogió unas pequeñas piedras del suelo -las chinas- e invitó a los otros pastores a hacer lo mismo y a ocultar en la mano las que les pareciera bien para adivinar después, con la mano cerrada, cuántas sumaban entre todos sin repetir el número. Así lo cuenta José Antonio Hidalgo, biznieto de Valdeón, que lleva más de veinte años promoviendo el juego de chinos.
Este viernes más de 70 jugadores se congregarán en el bar Anjo de Madrid en el Campeonato Nacional de Chinos que viene organizando desde 1987. Doscientos años después de la primera partida, el heredero del inventor ponía en marcha el primer campeonato. «Como homenaje a él, para que este juego no se muera cada año arrimo la llama para que se mantenga el fuego».
José Antonio Hidalgo
¿Cómo está tan seguro Hidalgo de que su antepasado fue el creador? «Así me lo explicó mi abuela materna, Asteria Valdeón, con la que jugaba de niño y todo cuadra», explica este ya prejubilado de 63 años. El juego rural se extendió fácilmente con la trashumancia que pasaba por Madrid camino de las dehesas de Extremadura y Andalucía. Además, en Bercianos existía un hospital para peregrinos del camino de Santiago.
Su extrema sencillez, apenas hacen falta tres piedras, monedas o incluso palillos u otros pequeños objetos, convertían al juego en el idóneo para ser «transportado». Aunque el secreto de su éxito reside más en la astucia necesaria para ganar. Así lo vieron los avispados que buscaron en la picaresca la manera de tomarse un vino o conseguir algo a costa de algún pardillo en este arte.
Tras años de decadencia, volvió a resurgir con la proliferación de barras americanas en los años 60. Las señoritas de alterne se jugaban a los chinos que les invitaran a una copa y lograron una gran fama. La luz tenue, la ebriedad del contrincante y pequeñas trampas tras la barra eran una combinación invencible, señala Hidalgo. El juego vivió entonces otro de sus momentos de gloria para caer en el olvido del que le rescató Hidalgo a finales de los años 80.
Los años de gloria
Este leonés, que llegó a iniciarse como becerrista con el nombre de «Morenito de León», recuerda aquel «boom» con una mezcla de orgullo y nostalgia. Fueron los años en los que jugaba a los chinos con Pepe Domingo Castaño y Goyo González en un concurso en la cadena Ser, le entrevistaba María Teresa Campos y llegó a denunciar a Jesús Hermida por «apropiarse» del juego en televisión. Aquel disgusto le llevó a registrar la patente que hoy ostenta.
En sus campeonatos de chinos a lo largo de estos años han destacado Ángel Sánchez (con cuatro primeros premios), José Estrada o José San Juan. Famosos como Alfonso Ussía, el dúo ya fallecido de Tip y Coll, o el actor de «Aquí no hay quien viva» Eduardo Gómez también son aficionados a los chinos.
Madrid, León, Salamanca o Bilbao son algunos de los puntos geográficos en lo que se sigue oyendo en los bares frases como «gancho al trapero» (el 7), «barreiros» (el 8), «la mano en niño» (el 5) o el «gusanillo» (el 6), del argot del juego. Porque casi todos los números tienen su correspondiente apodo. Y aunque cuentan que hay quien se ha jugado a los chinos hasta a su mujer, Hidalgo solo admite lo «socorrido» que resulta para que ese amigo que se hace el loco pague una ronda.
Las seis cualidades necesarias
«Es una distracción, es muy divertido y todo el mundo puede jugar. No hay distinción entre hombres y mujeres y a los niños les encanta», asegura este «guardián» del juego. Aunque, añade, «no es tan simple como parece». Un buen jugador de chinos requiere, a su juicio, de seis cualidades (¿7?):
psicología,
observación,
memoria,
concentración,
astucia,
suerte e
intuición.
De entre ellas, Hidalgo destaca la necesidad de observar las manosdel contrario.
«Si llevas, sueles presionar la mano y cerrarla para tratar de taparlos, es algo inconsciente», afirma mostrando un puño con los dedos próximos a la muñeca y los nudillos tensos.
Y si uno presta atención, detecta las tendencias de los demás jugadores:
«Si a la primera saca ‘uno’, luego ‘tres’ y después ‘ninguno’, seguramente en la próxima jugada llevará ‘dos’».
Quien mejor lo haga este viernes en Madrid se llevará 200 euros y un trofeo conmemorativo aunque habrá más premios y medalla hasta el décimo.
Las trampas más comunes
Aunque el juego de chinos parece sencillo, son muchas las argucias con las que uno puede resultar engañado. José Antonio Hidalgo ofrece algunas pistas para «novatos»:
1. Duda de quien te diga siempre que abras la mano primero. Eso le facilita a él sacar o no y dejar caer de alguna manera la moneda o la piedra. «Es muy fácil ocultar una moneda entre los dedos y sacarla o no según convenga» y así lo demuestra. Atento a si se atusa el pelo, puede dejar caer la moneda al cuello de la camisa. Lo suyo es abrir las manos al mismo tiempo y dejarlas bien visibles
2. Atento si juegas contra dos que son amigos. Mira con detenimiento sus manos porque pueden indicar al otro con los dedos las que llevan ocultas
3. Comprueba que realmente el contrario está jugando con monedas. Hay que verificarlas antes de empezar porque más de uno ha jugado sin tener chinos después de simular el gesto de meterse la mano al bolsillo.
4. Define bien con qué se juega. Algunos mezclan monedas y palillos, por ejemplo, y luego dice que el palillo vale o no dependiendo de la jugada.
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Esto tiene mucho jugo, como el de hacer campeonatos cada semana
Pero tampoco puedo dejarlo todo terminado porque tardaría un montón.
Yo aporto ideas y luego las habrá que interesen, desde el principio y las habrá que ni en pintura.
es la vida misma
El juego de los chinos lo inventó un pastor leonés
Tres siglos después de que un pastor «inventara» el juego de los chinos en Bercianos del Real Camino (León), este pueblo hace alarde del «descubrimiento», se autoproclama originario de esta popular forma de «jugársela» y organiza hasta un campeonato, que se celebrará pasado mañana.
Belén Molleda/EFE 5 de septiembre de 2009