Judios leoneses fundadores de Nuevo León. México

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Al otro lado del mar

Un nuevo león

Según algunas investigaciones, en el siglo XVI, antiguos judíos leoneses decidieron dejar atrás un entorno de persecución y de sospecha fundando el Nuevo Reino de León. Sin embargo, su empresa se vio truncada en aquella tierra donde habían depositado sus esperanzas

Alberto Flecha pérez

D.L. 24/09/2017 http://www.diariodeleon.es/noticias/revista/nuevo-leon_1190272.html

estatuaEn la pasada entrega de la Llariega adelantamos el que fue el más antiguo territorio americano bautizado con el nombre de León: la gobernación de Nueva León, en la Patagonia. En esta entrega nos centraremos en un lugar mucho más conocido cuyo topónimo también refleja, al otro lado del Atlántico, el nombre del antiguo reino: Nuevo León. Al noreste de la nación azteca, uno de los treinta y un estados que la conforman todavía hoy recibe esta denominación.

 

Este territorio, al igual que la gobernación patagónica, fue fundada por un portugués; Luis Carvajal y de la Cueva. Un hombre que, a pesar de haber nacido en Mogadouro, muy próximo a la frontera con el Reino de León, mantenía vínculos y orígenes familiares con las actuales provincias de Zamora y de León. Los orígenes judíos de su familia les habían llevado a escapar, como otros 30.000 judíos de los reinos de León y de Castilla durante los progromos de finales del siglo XIV. Esta gente se instaló al otro lado de la frontera o bien en sus inmediaciones, en señoríos (como el del condado de Benavente) que no dependían directamente de aquel poder real que más directamente los perseguía. Numerosas familias se vieron repartidas a ambos lados de la frontera, yendo y viniendo de un lado al otro durante años, hasta que la expulsión definitiva un siglo después les obligó a convertirse al cristianismo.

Una de esas familias de judeoconversos que todavía se movían de un lado al otro de la frontera fue la de Carvajal. Él mismo, con ocho años, se transladó junto a sus padres a Sahagún y posteriormente a Benavente donde residían todavía muchas de estas familias. A la muerte de sus padres, Carvajal decide trasladarse, al servicio de la Corona portuguesa, junto a un tío suyo a Cabo Verde para dedicarse al comercio de esclavos.

Después de que Felipe II se convirtiera en rey de Portugal, Carvajal aparece en Sevilla a su servicio. Comienza, como comerciante, una expedición a Nueva España donde, por los servicios que termina prestando a la Corona, acaba como alcalde de Tampico, ciudad estratégica de la costa de Nueva España por su interés comercial. Poco a poco, Carvajal comenzará a destacarse en sus servicios: repelerá ataques de piratas a la ciudad y llevará a cabo expediciones hacia el interior hasta el Río Grande en Texas. Sin embargo, parece que seguirá con sus oscuros negocios de trata de esclavos, por lo que se verá obligado a regresar a la Península a rendir cuentas.

Será en 1579 cuando Carvajal emprenda un segundo y definitivo viaje a Nueva España. Había decidido colonizar el interior mejicano «de mar a mar», pero su condición de judeoconverso le pone en una difícil situación: estas misiones estaban reservadas a cristianos viejos que estuvieran en disposición de demostrar que, al menos en tres generaciones, procedían de familias cristianas. Sin embargo, la dificultad de aquellos territorios, hace que la Corona haga la vista gorda. Al final, Carvajal emprenderá un viaje en la nave Santa Catalina con cien familias de esos judeoconversos de los que el mismo procedía: la mayoría provenientes de aquellos territorios fronterizos del Reino de León: Benavente, Valderas, Sayago… Y así, desde Tampico, se adentraron hacia el interior del continente para formar el Nuevo Reino de León. Fundaron Monterrey, cambiaron el nombre de la localidad de Santa Lucía por el de Nuevo León, consiguieron dotar de prosperidad a aquellas nuevas fundaciones por lo que, durante diez años, la misión fue un éxito. Diez años nada más. Al cabo de esos diez años, la Inquisición, en sus sospechas contra las conversiones de los judeoconversos, cayó sobre la familia de Carvajal. Muchos de ellos murieron a partir de estos procesos. El propio Carvajal, lo hizo en prisión, como consecuencia de las torturas recibidas. Acababa así su aventura y su vida, un proyecto que quizás fue una vía de escape de aquellos antiguos judíos que decidieron dejar atrás un entorno cada vez más complicado para ellos en Europa. Baste mencionar que, como recuerda el historiador Eugenio del Hoyo, en 1933, durante el nazismo, en México se abrió el debate sobre si la empresa de aquellos antiguos judíos leoneses «había sido un ensayo de colonización judía huyendo de la intransigencia europea para practicar la religión hebrea anticipándose cuarenta años a los peregrinos del Mayflower».

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Los judíos benaventanos de Nuevo León

Bajo el mando de Luis de Carvajal fundaron el estado y Monterrey, pero fueron ajusticiados por la Inquisición en un auto de fe en 1596 en Ciudad de México

aopinióndezamora.es » Benavente   http://www.laopiniondezamora.es/benavente/2011/06/05/judios-benaventanos-nuevo-leon/522848.html
Domingo 05 de junio de 2011

Luis de Carvajal y de la Cueva arribó a México a bordo de la nave Santa Catalina en el año 1580. Había convencido al Consejo de Indias para colonizar México «de mar a mar» y Felipe II le otorgó mando de gobernador y capitán general para crear el estado de Nuevo León. Carvajal, hijo de sayagués, había nacido en Portugal, pero algunos de sus hermanos lo hicieron en Benavente, donde fallecieron y están enterrados sus padres. Con el permiso real partió con cien familias para colonizar México siendo la mayoría cristianos nuevos (judíos conversos) de Portugal, Benavente, Valderas, Zamora, Sayago y Medina del Campo. Carbajal y su familia crearon Nuevo León y fundaron Monterrey, pero terminaron siendo ajusticiados por la Inquisición en un auto de fe en el año 1596.

2011-06-12_IMG_2011-06-05_00.02.08__6630118J. A. G. En 2010 se cumplieron 430 años de la llegada de la nave Santa Catalina a México. Luis de Carvajal, el primer hombre que años atrás, tras cruzar el Río Grande se había adentrado en Texas, regresaba con cien familias para colonizar el territorio. La mayoría eran de origen judío, incluida su familia. La corona española había hecho la vista gorda permitiendo que la colonización se realizara con cristianos nuevos, cuando la ley sólo permitía viajar a españoles con tres generaciones de antepasados cristianos. Luis de Carvajal se estableció en Santa Lucía, que renombró Ciudad de León, y fundó San Luis Rey de Francia (Monterrey). Lo hizo con cien soldados y 70 familias de trabajadores.
Diez años después, cuando la prosperidad le llegaba al gobernador y a su familia, fueron acusados de judaizantes por la Santa Inquisición. Luis de Carvajal falleció en la cárcel en 1596 debido a las torturas recibidas mientras esperaba la ejecución de su sentencia. Buena parte de su familia fue ajusticiada en un auto de fe en Nuevo México en diciembre de ese año.
El libro «Historia del Nuevo Reino de León (1577-1723)» del historiador mexicano Eugenio del Hoyo, relata ampliamente en el capítulo titulado «Las gentes de Carvajal» las peripecias y orígenes de los españoles y portugueses que emprendieron la colonización de Nuevo México con Luis de Carvajal.
La explicación de por qué algunas de estas gentes de Carvajal nacieran en Benavente «tiene que ver con que la comunidad judía benaventana había sido significativa desde 1390, a raíz del progrom o persecución de los judíos que se produjo en algunas ciudades castellanas como Toledo, Valladolid y Medina del Campo», explica el historiador benaventano, Juan Carlos de la Mata Guerra.
«Muchos judíos se acogieron a la protección de los señoríos periféricos o próximos a la frontera de Portugal, entre ellos el Condado de Benavente, donde podían gozar de protección y prosperar en sus actividades», opina. De hecho, la proximidad de la frontera con el Reino de Portugal y la protección que ofrecían a esta comunidad algunos señores feudales como el conde de Benavente frente a las ciudades y villas de realengo, propició el asentamiento de algunos contingentes o grupos de judíos.
Este interés radicaba también en el aumento del número de vasallos y la repoblación de sus villas y aldeas, en que las capacidades profesionales y culturales de la comunidad judía podían contribuir de una manera efectiva a la administración y economía señorial y concejil, ya que los judíos durante la Baja Edad Media resultaron indispensables para la recaudación de impuestos y rentas, para el arrendamiento de las alcabalas, el comercio, artesanías, y muy capaces y avanzados en conocimientos especializados, como el ejercicio de la medicina y la física.
Algunas fuentes calculan que fueron unos 30.000 los judíos expulsados de los reinos de León y de Castilla. Camino del destierro pasaron por Benavente hacia Portugal, donde se refugiarían temporalmente hasta que también serían expulsados. «Muchos de ellos retornarían como juedeoconversos, estableciéndose en los señoríos y villas fronterizas. A partir del siglo XVI esta permeabilidad fronteriza se ve facilitada además por la unión de las coronas de Portugal y de España durante los reinados de Carlos V, Felipe II y Felipe III», explica de la Mata.
El luctuoso desenlace de Luis de Carvajal y de parte de su familia a manos de la Inquisición en México por practicar la religión hebrea pese a su condición de cristianos, fue recogida en «El Libro Rojo» (1870) de Vicente Riva Palacio y Alfonso Payno, y durante bastantes años la historia de Carvajal fue motivo de controversia hasta el punto de que en 1933, en pleno auge de Hitler y el nazismo, se llegó a abrir un debate en México sobre si el desembarco de Carvajal y sus cien familias «había sido un ensayo de colonización judía huyendo de la intransigencia europea para practicar la religión hebrea anticipándose cuarenta años a los peregrinos del Mayflower». Eugenio del Hoyo recoge estas disquisiciones en el preámbulo del capítulo citado sobre «Las gentes de Carvajal», donde también trazo un extenso árbol genealógico de los personajes mas importantes de la familia y sobre cuál fue su devenir. De ellos recogemos a continuación de los nombres más importantes relacionados con Benavente.
Francisca Núñez de Carvajal, nacida en Benavente en el año 1540. Era hermana de Luis de Carvajal. El apellido Núñez deriva posiblemente de su tía, Isabel Núñez, esposa de Enrique Pimentel, con quien vivió de niña. Francisca se casó con Francisco Rodríguez de Matos, natural de Valderas, que fue mercader y diezmero y sirvió durante muchos años al conde de Benavente. El matrimonio se afincó en la villa hasta el año 1576, momento en que se trasladaron a Medina del Campo. Allí les recogió Luis de Carvajal y con sus hijos viajaron en el Santa Catalina hasta la Nueva España.
De Francisca de Carvajal, recoge la historia su participación en el proceso inquisitorial: «Doña Francisca de Carvajal, viuda, mujer que fue de Francisco Rodríguez de Matos, natural de Benavente en los Reinos de Castilla, que fue quemada en estatua y huesos, de casta y generación de judíos, fue reconciliada por este Santo Oficio en año noventa por la guarda de la Ley de Moisés, relapsa en ella, impenitente ficta simulada, confitente, fue condenada a auto, coroza y hábito con insignias de fuego y relajada en persona y entregada a la justicia y brazo seglar y con confiscación de bienes».
Hijos del matrimonio, benaventanos y sobrinos del gobernador Luis de Carvajal fueron Gaspar de Carvajal, nacido en 1556, sacerdote y fraile dominico al que se le perdió la pista en Oaxaca.
Baltasar Rodríguez, que uso el alias de Francisco Ramírez natural de Benavente, donde nació en 1563, su tío le había nombrado contador del Nuevo Reino de León, puesto que no llegó a ocupar.
Luis de Carvajal «el Mozo», nacido en Benavente en 1565, fue el más conocido de todos los Carvajales y el primer escritor judío de América. Llegó a ser tesorero y teniente de gobernador del Nuevo Reino de León . Sufrió dos procesos inquisitoriales y murió en la hoguera haciendo profesión de fe en el auto celebrado en México el 8 de diciembre de 1595.
Mariana Núñez de Carvajal (Benavente, 1572) tuvo una vida dramática. Murió soltera, relajada en persona en el autor de fe 1601. Trastornada por «contratiempos sentimentales» fue encerrada en un cuarto, encadenada, completamente desnuda, atacada de locura furiosa en largas temporadas, seguidas por otras de profunda y negra melancolía, según describe Del Hoyo. El 25 de julio de 1601, con 29 años, se le dio garrote y su cuerpo ardió en la hoguera hasta consumirse.
Fueron también hijos del matrimonio Miguel de Carvajal (Medina del Campo 1577); Isabel de Andrada (Benavente, 1560); Catalina de León y de la Cueva (Benavente, 1565), Leonor de Andrada (Benavente, 1574) y Ana de Carvajal «Anica», (Medina del Campo, 1579) reconciliada por la Inquisición en 1601.
La confesión bajo tortura de la hija mayor de Francisca de Carvajal y Francisco Rodríguez, entonces ya fallecido, implicó a toda la familia Carvajal. Fueron obligados a confesar y abjurar públicamente en un auto de fe celebrado el 24 de febrero de 1590. Francisca de Carvajal y varios de sus hijos (Luis el Mozo y cuatro de sus hermanas Isabel, Catalina, Leonor y Mariana) fueron condenados a prisión perpetua; Baltasar, que había escapado, y Francisco Rodríguez, marido de Francisca y padre de todos ellos, que había muerto previamente, fueron quemados en efigie.
En enero de 1595 se activó un segundo proceso inquisitorial, acusándolos de relapsos. Todos ellos fueron ajusticiados en el auto de fe de 1596, excepto Mariana que, por haber perdido la razón, tuvo que esperar a un auto de fe posterior. Ese mismo año, en 1601, la más pequeña, Anica, fue reconciliada.

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