Las obras de restauración del ala oriental del Monasterio avanzan mientras la Fundación de la Reina perfila los equipamientos que contará el monumento tras esta primera gran intervención en dos siglos
Fue fundado hacia el año 635 por San Fructuoso con la ayuda de su joven discípulo y albañil Baldario. Tras la muerte de San Fructuoso, los monjes continuaron con la vida monacal en San Pedro de Montes hasta la llegada de San Valerio, el nuevo abad, que como San Fructuoso buscaba la soledad, hallándola en un lugar “parecido al edén y tan apto como él para el recogimiento, la soledad y el recreo de los sentidos”, según se recoge en su obra.
Sobre el 895, San Genadio y los doce discípulos que le acompañaban llegaron al monasterio, en ruinas desde que casi dos siglos antes las razzias musulmanas lo destruyeran, como otros en el Bierzo, y comenzaron su reconstrucción.
Diferentes obras de ampliación y conservación se sucedieron a lo largo del siguiente milenio. Hubo momentos en los que los avatares no tanto del destino como de la vida diaria casi le hacen desaparecer. Pero siempre consiguió salir airoso… hasta 1846, once años después de la exclaustración que supuso la desamortización de Mendizábal, cuando un incendio lo dejó prácticamente en su estado actual, aunque alguna de sus partes fuera utilizada con posterioridad.
En 1999, el arquitecto Eloy Algorri, con la financiación de la Junta de Castilla y León, redactó un Plan Director de restauración del Monasterio. Este mismo arquitecto dirigió la primera fase de la intervención, llevaba a cabo entre el invierno de 2002 y la primavera de 2003, que consistió en el desescombro de las dependencias, el ‘aterrazamiento’ del patio oriental y la recuperación de la rampa por la que los carros accedían a la bodega, las escaleras del claustro reglar, una conducción de agua que recorre el interior de los muros del ala meridional, la cocina monacal y un aljibe. También se procedió a derribar la casa rectoral edificada en el siglo XIX sobre dos ábsides. Finalmente, tras consolidar muros y ruinas se procedió a una limpieza de urgencia de la iglesia y a una cata arqueológica que descubrió varios enterramientos del siglo XI.